Los cólicos en los recién nacidos son uno de los mayores dolores de cabeza en las familias. Son dolores intermitentes tras las tomas de pecho o biberón, que provoca ruidos en la zona abdominal, y despierta el llanto infantil de forma prolongada.
Los bebés aquejados por estos cólicos mueven inquietos sus piernas y en los primeros meses de vida suelen ser recurrentes y muy desesperantes. Lo más habitual es que comiencen a partir de los 15 o 20 días del nacimiento pero puede ser antes.
Las causas de los cólicos durante la lactancia son múltiples pero principalmente se relacionan con estas dos:
- Ingerir demasiado aire durante la succión y no expulsarlo convenientemente tras las tomas, colocando al bebé sobre el hombro y dándole suaves golpecitos en la espalda.
- La mayor frecuencia de cólicos en las tardes se asocia con el aumento de la actividad en casa, y también con la ansiedad que se traslada al bebé de las personas que están a su alrededor.
Los cólicos del lactante, ¿qué se puede hacer?
Lo primero que hay que decir es que en la etapa de los cólicos del lactante es necesaria mucha paciencia y realizar algunas técnicas que pueden ayudarles a pasarlos con más comodidad, como los golpecitos en la espalda tras las tomas.
La lactancia artificial parece provocar más episodios de cólicos, según el orificio del chupón, ya que a mayor esfuerzo para succionar, mayor es la cantidad de aire que se ingiere. Es recomendable seleccionar biberones anticólicos.
También es aconsejable realizar masajes en el abdomen del bebé y pedaleo para facilitar la expulsión de gases, por la mañana y por la noche. Este tiempo con el bebé, además, reforzará el vínculo afectivo, lo que también ayudará a calmarle.
En el momento del cólico, es bueno mostrar afecto extra a los bebés, abrazarles y hablarles de forma calmada. También les ayudará que les coloquemos boca abajo sobre el brazo o en el regazo y mecerles al tiempo, e incluso acompañar ese movimiento de golpecitos que marquen un ritmo suave.
Darle el baño a última hora de la tarde puede relajarles. Una música suave o ruido blanco y una luz suave e indirecta es beneficiosa también en esos momentos para lograr un espacio de recogimiento y calma.
Y, por último, mucha mucha paciencia y amor. Como decíamos al principio, son las claves para sobrellevar esta etapa.
Leave A Reply