La prevención siempre y en cualquier ámbito es crucial. En verano, más que nunca, debemos tener especial precaución con la hidratación, con el calor es más fácil caer en hidratarnos de forma insuficiente. Con los peques pasa igual. Empecemos por el principio.
¿Qué es la deshidratación?
Según la AEPAP
Disminución de líquidos corporales que impide que el organismo lleve a cabo sus funciones de una manera óptima (por pérdidas, ingesta inadecuada o una combinación de ambas). Pérdidas de sólo un porcentaje pequeño en el adulto y entre el 5% y el 10% en niños son consideradas como deshidratación leve.
La deshidratación puede ser causada por diversos motivos, en general, todos ellos siempre derivados de una excesiva pérdida de líquidos del cuerpo de distintas maneras.
La AEPAP enumera así los síntomas de la deshidratación:
- Pérdida excesiva de líquidos a través de vómitos, diarrea, orina o sudoración.
- Presencia de sed intensa.
- Pobre ingesta de líquidos.
- Ojos hundidos.
- Fontanela deprimida en un lactante.
- Mucosa de la boca seca o pegajosa.
- La piel puede perder su elasticidad normal y vuelve a su posición lentamente cuando se pellizca formando un pliegue (signo del pliegue).
- Disminución de la producción de orina (oliguria).
- Disminución de las lágrimas.
Pistas y signos de deshidratación de un bebé
Clara Esteban, directora médica del Servicio de Promoción de la Salud de Sanitas en ABC lo cuenta con gran concreción:
- Tocar las manos y los pies del niño es un error muy común de los padres para valorar si tienen calor o no. Lo que convierte a esta forma en una manera del todo equivocada es que los bebés siempre tienen las manos y pies fríos. Para tomar correctamente la temperatura debemos tomar como referencia el cuello y pecho. Si están calientes, habrá que desabrigarle.
- Un niño que comienza a deshidratarse empezará a llorar con insistencia, tendrá rabietas, no querrá ni comer. En este caso, además de quitarle ropa, se le ofrecerá el pecho o agua, según la edad.
Actuación:
- Prevención como mejor tratamiento. Siempre se deben administrar líquidos en cantidad adecuada y prestar atención a la ingesta y pérdida de líquidos. Para niños y jóvenes existen una soluciones de rehidratación oral bien equilibradas, que aportan la proporción correcta de agua y electrolitos necesarios para mantener bien hidratados a los más pequeños. También pueden ser útiles las bebidas enlatadas que toman los deportistas para recuperar las pérdidas de agua y sales minerales.
- Cuándo es necesaria la intervención médica. Es imprescindible la observación de los síntomas enumerados anteriormente para determinar si es necesaria o no.
- Deshidratación leve. Con hidratación oral es suficiente para tratarla.
- Deshidratación moderada o grave. Suele requerir de hospitalización y la rehidratación intravenosa. El médico debe determinar y tratar la causa de la deshidratación.
Vía: AEPAP
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